Procrastinación ¿El virus millennial o una forma de protesta?
“A todos nos pasa que creemos que mientras más esfuerzo, más recompensa, pero eso quizá es todo una ilusión que nos crea la sociedad para triplicar nuestra productividad.”
Por Gisette Rosas
La tecnología es, y seguirá siendo una de las herramientas más poderosas que tenemos como humanidad, eso es indiscutible. Pero debemos reconocer que también nos esclaviza de muchas maneras.
Actualmente, nuestros trabajos, nuestra vida social, romántica e incluso espiritual, están conectadas a través de lo digital. Nuestro móvil sabe a qué hora nos despertamos y a qué hora nos vamos a dormir. Si eres de lxs más tech, quizá te encuentres con que mides los valores de tu coche, analizas tus compras y hasta tu ciclo menstrual a través de una app y con todo sincronizado a tu correo electrónico.
¿No es entonces una suerte de esclavitud, estar conectados tantas horas, por tanto tiempo y de esta manera?
Esta es una maravillosa forma de cultivar un mejor estilo de vida, es verdad, pero, ¿qué tanto sacrificamos del mundo allá afuera, de nuestra esencia, de nuestra relación con la naturaleza? ¿Por qué el cuerpo nos sigue pidiendo descanso?
El cuerpo nos habla, nos pide dormir, nos pide silencio todo el rato, y lo comunica a través de ese dolor de espalda, ese insomnio o dolor de cabeza constantes que experimentamos en nuestro día a día. En el caso de las personas con útero, mes a mes recibimos un stop del sistema. Hay que renovar. Los árboles necesitan del otoño y del invierno para que todo florezca en primavera y sea agradable el verano. Siempre necesitamos pausar.
La naturaleza se comunica con nosotros a través del cuerpo
En el episodio #10 del podcast “Become a Good Ancestor”, hosteado y producido por la activista y escritora afro Layla Saad, profundizaron en un tema muy polémico y en muchos casos disruptivo, EL VALOR DEL DESCANSO. Junto a Tricia Hersey, autora de Rest in Resistance (Descansa en resistencia) y Fundadora de The Nap Ministry (El Ministerio de la Siesta), conversan sobre el poder que habita en el simple hecho de hacer LA SIESTA. También destacan cómo este hecho se conecta con temas de justicia y equidad racial, capitalismo y la herencia afro.
Para mí, una de las declaraciones más transformadoras dicha por Tricia, fue:
“La experimentación de estos sistemas económicos que ahora nos oprimen, viene sobre las espaldas y los cuerpos de lxs negrxs, en esas plantaciones que ganaron millones y millones y millones de dólares. Sin nuestros cuerpos, sin ese trabajo mecánico, nada de este mundo estaría sucediendo ahora mismo.
La gente parece pensar que eso se acabó, que el capitalismo se ha transformado en algo mejor, pero es exactamente ese mismo motor el que está impulsando el capitalismo ahora, LA IDEA DE GANANCIAS SOBRE LAS PERSONAS, LA IDEA DE PONER A TRABAJAR UN CUERPO AL RITMO DE UNA MÁQUINA, TRATANDO DE AUTOMATIZAR EL CUERPO”.
La cabeza me sigue dando vueltas, mi mente va a toda velocidad, porque al final debemos reconocer que estamos en un círculo vicioso del que difícilmente vayamos a salir. Por eso mientras más lo pienso más creo que tiene razón, vivimos a una velocidad ultrasónica, estamos todo el día pegados a las pantallas y NO NOS PODEMOS DESPEGAR (aquí estoy yo ganándome el pan a través de tenerte aquí leyendo), pero es que así funcionamos, tampoco podemos cambiarlo, y así entramos en loop.
Por eso nos encantan las vacaciones y el fin de semana. Dejar de pensar en obligaciones o responsabilidades, ayuda a que nuestro sistema nervioso se nutra de percepciones positivas. Un masaje, una canción, una ducha o incluso una taza de café nos puede alegrar el día, y ese ratito que nos tomamos para ‘relajarnos’ es una forma de descanso. Por eso creo que sea cual sea nuestra situación, siempre hay tiempo para una pausa. Para sentir una brisita por dos nanosegundos, por cerrar los ojos un ratito bajo la sombrita o unos minutos al lado del calefactor.
En los cuerpos descansados llegan las mejores ideas, a los corazones vulnerables y que soltaron ese rencor también le llegan buenas cosas. Hay que darse una pausa personal, pa’todo, pa’ lo bueno y pa’ lo malo.
El descanso como herramienta para conectar con nuestros ancestros
Ahí radica el núcleo de este movimiento “The Nap Ministry”, un espacio educativo y de desarrollo social, en el que Tricia Hersey nos invita a hacer la siesta como herramienta de activismo político y también para hacernos conectar con nuestra historia.
Como lo indican en su perfil de instagram, en “The Nap Minisitry” “Examinamos el poder liberador de las siestas. Creemos que el descanso es una forma de resistencia y reparación.” Es un proyecto que cuestiona la sociedad tal y como la conocemos, ese funcionamiento veloz y de producción constante, quizá deba descansar un poco, así como nuestres cuerpes lo solicitan a diario. Es través de mostrar la siesta y todos sus derivados como algo positivo, dándole el espacio ancestral e histórico que les corresponde.
En el podcast, Tricia cuenta la historia de Harriet Tubman una mujer afroestadounidense que, aunque nació en esclavitud, pudo liberarse y a su vez liberar a más de 700 personas esclavizadas a través del conocimiento adquirido por su conexión con la naturaleza. La historia de Harriet es fascinante, a la vez que dolorosa y extensa pero sus logros se conectan perfectamente con el hecho de que esos pequeños espacios descanso (generalmente nocturnos) le sirvieron como herramienta de liberación y rebelión. Gracias a esos momentos de contemplación y conexión que Harriet tuvo con la naturaleza a través del descanso, pudo crear las distintas rutas porque se guiaba (sin saber leer o escribir) a través de la noche. Esos momentos de silencio y de siesta, de alguna forma le valían para hacerla capaz de reconocer el sonido de su entorno. Increíble, y hermoso.
Así mismo las personas negrxs, especialmente, transitamos la vida de la mano del sacrificio y estamos tan acostumbrados a él, que se nos olvida descansar. A todos nos pasa que creemos que mientras más esfuerzo, más recompensa, pero eso quizá es todo una ilusión que nos crea la sociedad para triplicar nuestra productividad. No siempre podemos hacer todo, así que descansa; como sinónimo de lucha, de resistencia, para que tu mente fluya, desarrolle mejores ideas y tengas más espacios contigo mismx. El balance radica en procrastinar e ir creando en su justo equilibrio, y el balance lo encontrarás en la medida en la que te esfuerces por descansar cada vez más, porque a trabajar seguramente ya estás acostumbradx.
Espero y deseo con todo mi corazón que tu ritmo de vida te permita planificar una siesta al día o al menos un minuto de descanso en tus labores cotidianas. Te abrazo por tu esfuerzo y aprovecha que estás leyendo esto, ponte el cronómetro 30 segundos y reconoce tus privilegios, abrázalos y agradécelos, e intenta no hacerle pasar un mal día a alguien. Descansemos también de las emociones negativas así sea por 30 segundos.
Espero no sientas que has fallado si has estado procrastinando los últimos días, quizá tu cerebro te está lanzando indirectas para que descanses. Hazle caso aunque sea una vez.