Respira profundo y alza la voz en el momento indicado. Muchas veces lo más difícil es captar la atención de la sala cuando quieres decir algo. Ensaya hasta encontrar un gesto (como dar golpecitos suaves a la mesa) o una frase (“que interesante.. me gustaría agregar algo”) con el que te sientas cómod@ para atraer la atención hacia ti. Cuando lo logres, ¡respira! No te austes, solo respira profundo y habla con calma.

Escribe las ideas que quieres transmitir. Anótalas en una libreta antes de la reunión, de manera clara y precisa. Trata de sintetizarlas en una sola oración cada una. Así, cuando llegue el momento indicado, las puedes usar de apoyo. Con una simple mirada al papel podrás ordenar tus pensamientos y hacer énfasis en lo que quieres que las personas se lleven después de la reunión.

Controla tus pensamientos, saca de tu vocabulario críticas a ti mism@. Procura desinflar los comentarios negativos apenas aparecen. Si llega un pensamiento como: “¿por qué dije eso?” o “que tontería lo que dije”, evita seguirle el hilo. Haz una pausa, respira profundo, y enfócate en la idea que sí o sí quieres transmitir y espera al mejor momento para intervenir otra vez.